2012/10/04

Son dos porterías, no dos urnas



Puntos de “no en contra”, que no “a favor”:


1. Cuando otros equipos han vestido, portado, mostrado o se han identificado con los colores de la bandera del lugar, nadie se ha quejado, a nadie le ha parecido mal, no se le ha dado “bombo” al hecho, ni se ha debatido sobre ello. Véase el Valencia y a Kempes… y de eso ya ha llovido.

Puntos “en contra”:


1. No me parece correcto que se mezcle política con deporte (en este caso fútbol), o que se emplee el fútbol como una herramienta propagandística política. No se puede negar que detrás de ese mosaico hay un trasfondo político. No es casualidad. Se hace justo en el momento y en el contexto que peores interpretaciones puede tener y se hace justo en el momento y en el contexto que más intereses no deportivos puede haber tras de sí.


2. El Fútbol Club Barcelona es un club de fútbol y como tal aglutina a socios y aficionados de todas partes del mundo así como de todas las ideologías políticas posibles. El Fútbol Club Barcelona no pertenece sólo a catalanes independistas, pertenece a catalanes (independistas o no), catalanes de derechas y de izquierdas, albaceteños (fuentealbillenses o no), tinerfeños (santacruceros o no), asturianos (tuillenses o no), argentinos, chilenos, etc, etc.


3. La más que probable y generalizada interpretación de ese mosaico será la de un club que apoya la independencia y por tanto, la separación. No sólo aficionados barcelonistas de otras partes (o de la misma Cataluña pero que no aprueban la independencia) se pueden sentir ninguneados, marginados u olvidados por el club que aman y veneran, sino que aficionados no barcelonistas pueden empezar a gestar dentro de sí un sentimiento de rechazo hacia un club que entienden como separatista o metido en política. Es decir, que tal mosaico puede fomentar antibarcelonismo. Y desde el punto de vista de marketing es un paso atrás. Así no se vende “la marca Barça”. Pueden generar antibarcelonismo, como en su día el Madrid del primer mandato de Florentino creó antimadridismo, aunque en este caso fue debido a las ostentosidades que hacían ver.


4. No es el partido indicado para reivindicar sentimientos conterráneos. El partido indicado sería en un Barcelona vs. Espanyol, tal y como suelen hacer el Athletic y la Real Sociedad cuando se enfrentan entre sí y portan ambos la bandera de Euskadi. Puede que el Barcelona sea un representante del “Estado Catalán”, pero el Real Madrid no representa al “Estado (opresor –para ellos-) Español”. El Real Madrid no representa a España, ni al Rey (pues es tan monárquico por la corona como republicano por la franja morada), ni al Gobierno de izquierdas, ni al Gobierno de derechas, y ni mucho menos al Franquismo, (pero esa leyenda ya dejó una etiqueta imposible de quitar).

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